«Este librito me lo leí, sobre todo, en el viaje en autobús de una hora desde el trabajo a casa. Cuando me bajé de él, pensé que las nubes habían sido el medio de trasporte utilizado: me sentía flotar. Y nadie en el autobús se había enterado. Qué más puedo pedir teniendo, como tengo, la suerte de sumergirme y emocionarme con libros como éste.»
El mago Aldecoa en «El corazón y otros frutos amargos»
«Este librito me lo leí, sobre todo, en el viaje en autobús de una hora desde el trabajo a casa. Cuando me bajé de él, pensé que las nubes habían sido el medio de trasporte utilizado: me sentía flotar. Y nadie en el autobús se había enterado. Qué más puedo pedir teniendo, como tengo, la suerte de sumergirme y emocionarme con libros como éste.»
Intrigado con «Tres días y una vida», la novela de Pierre Lemaitre
Cómo elijo mi siguiente lectura
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Foto de Ugur Akdemir en Unsplash |
El sentido de una vida o «En busca del unicornio», novela de Juan Eslava Galán
Reseña de «Carta de una desconocida», una novela de Stefan Zweig, por Soledad Blanco
Más que una reseña de esta novela, Soledad nos descubre sus reflexiones, tan apasionadas e íntimas, que termina conversando con los protagonistas. Que la disfrutéis:
El Cortázar más joven en «La otra orilla»
«Sé amable contigo mismo», o como dejarte ayudar, por Kristin Neff
«La vida consiste en trabajar todo el día y culparse por esos momentos en los que no se está trabajando». Por esta única frase decidí leer Clavícula, la novela probablemente autobiográfica de Marta Sanz: ¿Acaso me conocía la autora?, pensé. Necesité leer el libro para comprobarlo. La verdad es que en el capítulo en el que aparece dicho fragmento casi no se desarrolla la idea; me habría gustado comprobar si había alguna «cura» contra una vida tan esclavizante como se sugiere; pero la semilla no germinó.
A propósito de Julio Cortázar, «Alguien que anda por ahí»
Voy a terminar por no leer más a Cortázar ya que, aunque sin entenderlo siempre, no dejo de llenar libretas con los fragmentos que anoto. Y eso que no he leído ni la cuarta parte de los noventa cuentos que escribió, si no he contado mal.
Cuando Hemingway la visitó, ¿seguro que «París era una fiesta»?
¿Por qué gustan las biografías y, sobre todo, las autobiografías?; ¿será que disfrutamos comparando nuestra vida con la de otro? Porque, no nos engañemos, nadie sabe de qué va esto: nos soltaron sin un mísero manual de instrucciones; hablo de la vida, claro, pero podría decirlo también de este oficio de escritor. Nadie sabe nada; aún así todos sentimos la necesidad de dirigirnos a los recién llegados, cuando bien sabemos que, si somos honestos, solo deberíamos decirles que no sabemos ni hemos aprendido nada. Y seguro que, Hemingway, al final, era consciente de lo anterior; pero volvamos a su libro.
Cuando no convienen las certezas, como en "El punto ciego", el libro de Javier Cercas
A veces no me encuentro, como en «Clavícula», el libro de Marta Sanz
Hurgué en mi memoria para buscar significados, temas subyacentes, metáforas que trascendieran la literalidad del texto. ¿Qué era ese dolor clavicular que obsesionaba a la autora?, ¿un trasunto de la sociedad actual?, ¿un aviso de la implacable y futura muerte?, ¿una alegoría de la escritura en cuanto que reflejo de un dolor? Puede ser, o tal vez no. Y es que si me falta el hilo conductor de una historia, el objetivo, se esfuma buena parte del atractivo de la obra, salvo que se compense con otros aspectos.
La vida y la muerte en «El nadador en el mar secreto», de William Kotzwinkle, por Soledad Blanco
Vuelve mi amiga Soledad Blanco a dejarnos sus emocionadas palabras; ahora, tras la lectura de esta obra corta de William Kotzwinkle. Adelante, Soledad:
Con un lenguaje sencillo, sintético y directo narra el paisaje, los entornos, los pocos personajes que intervienen y los sucesos. Con frases mínimas lo ves todo. Me encanta, es literatura. Describe el anhelo, el miedo, la incertidumbre, la fuerza misteriosa de un ser humano dentro del cuerpo de una mujer. ¿Cómo el feto se va transformando en mariposa, por qué esa fuerza misteriosa por salir de ese mar secreto? Nos moriremos sin conocer de dónde procede el misterio de la vida. Sin embargo, lo único cierto de la vida es la muerte. ¿Qué será lo que hacemos aquí, en este planeta? Qué infinita incertidumbre.
Con un lenguaje sencillo, sintético y directo narra el paisaje, los entornos, los pocos personajes que intervienen y los sucesos. Con frases mínimas lo ves todo. Me encanta, es literatura. Describe el anhelo, el miedo, la incertidumbre, la fuerza misteriosa de un ser humano dentro del cuerpo de una mujer. ¿Cómo el feto se va transformando en mariposa, por qué esa fuerza misteriosa por salir de ese mar secreto? Nos moriremos sin conocer de dónde procede el misterio de la vida. Sin embargo, lo único cierto de la vida es la muerte. ¿Qué será lo que hacemos aquí, en este planeta? Qué infinita incertidumbre.
«Penélope y las doce criadas», ¿novela? de Margaret Atwood
La carne muerta tirita en «Yo soy El Otro», novela de Berta Vias Mahou
Partido a cuento de una novela: «Cielos de barro», de Dulce Chacón
Por qué nos complicamos tanto la vida, o «El acoso», de Alejo Carpentier
Otra ¿buena? novela de Paul Auster: «Brooklyn Follies»
El Marruecos asfixiante visto por Rafael Chirbes en «Mimoun»
De Rafael Chirbes ya había leído Crematorio y En la orilla, que comenté aquí. Me gustaron tanto ambas novelas que me propuse seguir leyendo más obras suyas, empezando por la primera que escribió, Mimoun. No lo hice inmediatamente después de terminar las leídas ya que, como siempre hago, quería dejar reposar mi entusiasmo. Mientras tanto, escuché algunas de las entrevistas que el autor hizo en televisión. Y, en ese tiempo de espera, falleció Rafael Chirbes, desapareció uno de los escritores contemporáneos que más me habían impactado. Corría el mes de agosto de 2015. Se convirtió en necesidad leer su primera novela, Mimoun, necesidad que no pude satisfacer hasta 2018.
¿Está sobrevalorado Shakespeare en su «Hamlet»?
De qué hablamos cuando hablamos de Raymond Carver en «De qué hablamos cuando hablamos de amor», su recopilación de cuentos
Cuando leemos la obra de un escritor, ¿de verdad leemos lo que escribió? Puede que creamos que sí, pero la realidad tal vez sea muy diferente; por ejemplo, con Raymond Carver. Este autor, es considerado uno de los máximos representantes del «realismo sucio» norteamericano; sin embargo, se lo conoce más por lo que publicó su editor, Gordon Lish, que por lo que escribió.
La vida de hoy en «El ruido del arcoíris», novela de Pedro Carrasco Garijo
Aún me considero inmerso en el período de formación como escritor (quizás nunca salga de él), ya que se dice que solo cuando se han dedicado más de 10.000 horas a alguna actividad, uno puede decir que la domina. Según mis cálculos —caseros—, me faltarían aún unas 3.000. De ahí que entre mis lecturas abunden los clásicos y los escritores consagrados. Sin embargo, de cuando en cuando, para cambiar de aires, me apetece leer algo muy actual y de autores por consagrar, como es el caso de Pedro Carrasco Garijo.
Eloy Tizón nos enseña «Técnicas de iluminación», su libro de relatos
Lo que son las expectativas. Empecé a leer esta recopilación de relatos de Eloy Tizón con la seguridad de que no la disfrutaría. ¿Cómo me podría gustar un texto en el que el narrador, nada más empezar el primer cuento, Fotosíntesis, dice «mastica oxígeno y piñones» y «se peina con el canto de las manos»? Sin embargo, continué leyendo. Avancé, con creciente curiosidad, hasta que en el séptimo cuento, Alrededor de la boda, descubrí una historia magistralmente contada. Desde entonces, cada nuevo relato encontraba su hueco en mi sensibilidad.
El realismo casi mágico de «El llano en llamas», libro de Juan Rulfo
¡Qué vamos a saber! No sabemos nada. Vienes y te vas. No busques. No encontrarás. Si quieres, creerás. Pero no le des más vueltas. Es así de sencillo. Solo es eso. Lo demás es complicarse inútilmente. Esto lo digo yo, aunque ya lo sabían muy bien los personajes de El llano en llamas.
La lectura tranquila de «Una suerte pequeña», novela de Claudia Piñeiro
Uno lee esperando encontrar algo que lo acerque, aunque mínimamente, a ese destello vital que, intuye, debe existir en este mundo. Unas veces cree encontrarlo, otras, a las pocas páginas ya sabe que tendrá que esperar a otra lectura. Y todo ello, sabiendo sin saber que las respuestas ya estaban en uno mismo y que las lecturas no hacen nada más que iluminar ese yo que estaba dormido u oculto bajo capas y capas de cotidianidad. Por eso, por si acaso, hay que leer y leer. Así llegué a esta novela de Claudia Piñeiro, novelista y periodista en español (dejémonos de nacionalidades).
Por fin, una novela que me ha hecho reír: «Juegos de la edad tardía», de Luis Landero
La novela poética o la poesía novelada en «La larga vida de Marianna Ucrìa», de Dacia Maraini
Cuando la verdad no importa o «El olor de la noche», novela de Andrea Camilleri
Resolviendo enigmas con «El psicoanalista», novela de John Katzenbach
Acabo de terminar esta novela, de la que me habías hablado muy bien. Me ha gustado bastante; en especial la sorpresa por el "renacimiento" del protagonista y su reconversión de perseguido a perseguidor; además de que el entramado es espectacular.
Cómo he disfrutado escuchando «Cementerio de animales», la novela de Stephen King
Brevísimo comentario de "Novela de ajedrez", de Stefan Zweig
Notas tomadas de «Canción dulce», la novela de Leila Slimani
Preguntas que me hago tras leer "La buena reputación", novela de Ignacio Martínez de Pisón
Deslumbrado por "El adversario", novela de Emmanuel Carrère
Libros de autoayuda, ¿sí o no?
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