Más allá del soneto y hasta de la medieval cuaderna vía, existe poesía. El haiku es un ejemplo de ello. Los primeros haikus se suponen escritos en Japón tan temprano como en el siglo VIII, aunque se acepta que no se llegó a la plenitud de su desarrollo hasta el XVII, gracias al monje Matsuo Bashô, autor del librito que acabo de leer.