Viajando con Matsuo Bashô por las «Sendas de Oku»



Más allá del soneto y hasta de la medieval cuaderna vía, existe poesía. El haiku es un ejemplo de ello. Los primeros haikus se suponen escritos en Japón tan temprano como en el siglo VIII, aunque se acepta que no se llegó a la plenitud de su desarrollo hasta el XVII, gracias al monje Matsuo Bashô, autor del librito que acabo de leer.

«Queremos tanto a Glenda» y a Julio Cortázar, el autor de este libro

Continúo visitando a mi admirado Cortázar, siempre como un aficionado que se asoma a su prosa con el ansia de disfrutarla y, de rebote, esperar que alguna pizca de su maestría decida habitarme.

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