"La muerte de Iván Ilich", la novela de León Tolstoi, ¿es un libro de autoayuda?

Hay libros a los que uno no se cansa de volver, como "La muerte de Iván Ilich", la novela corta o relato largo de León Tolstoi, con poco más de noventa páginas. No recuerdo cuántas veces he leído esta historia. Regreso a ella cuando creo que empiezo a olvidarla. Como cuando uno vuelve al lugar donde jugó de niño para convencerse de que no fue solo un sueño.

Abrumado por "Cien años de soledad", la novela de Gabriel García Márquez

Uno se siente insignificante ante una obra como esta y me pregunto cómo puedo ni siquiera pensar en escribir algo digno después de lo ya escrito en Cien años de soledad. Me refiero a mi propia obra de ficción y no a este blog. Aquí, como ya he dicho en otros artículos, me siento legitimado para hablar de mis propias sensaciones tras la lectura, tratando con cierto pudor aspectos relacionados con la técnica literaria, en especial en obras justamente llamadas maestras, como es el caso de esta de Gabriel García Márquez

¿Debería enmudecer este blog para todo lo que no fuera literatura?

Con frecuencia me indigna que después de una noticia trágica, el presentador de televisión, sin siquiera cambiar el semblante, informe del último estreno cinematográfico o de cualquier otro suceso casi frívolo. Es claro que su profesión es la de informar, de lo bueno y de lo malo, pero se espera una pizca de humanidad, que no aparece. ¿O acaso somos los televidentes los que, en nuestra ansiedad por consumir noticias, nos hemos insensibilizado para apreciar los matices?

Mi experiencia lectora utilizando las nuevas tecnologías

Hace ya tiempo descubrí que suelo tomar decisiones irracionales. Elijo comprar, no lo que mejor se ajusta a mis necesidades, sino aquello que tiene algún aspecto que me atrae; es como si por ejemplo, me quedo con aquella prenda de ropa que tiene un botoncillo especial a la altura de la cintura en lugar de la que mejor se ajusta a mi cuerpo. He hablado de ropa, pero podía haber mencionado a los libros; sí tanto a la obra en sí como al soporte físico de la misma. Y de este soporte es del que quisiera hablar en este artículo.

"La niebla", un relato de Stephen King

¿Por qué suelen defraudar las lecturas de las sucesivas obras de un autor? Me pasó con Jorge Amado y ahora con "La Niebla". Terminé "El resplandor" agradecido a Stephen King de las dosis de intriga y suspense que me había inoculado. Eso es, estaba agradecido por sufrir. Con "La niebla" temía y esperaba sucesos inesperados tras cada escena. No ha sido así. Aparecían monstruos por todas partes, en "El resplandor", no; no hay o no he encontrado un tema que soporte el argumento, bastante lineal, por otra parte, como sí lo había, y muy bien presentado, en "El resplandor".

Relectura de "Corazón tan blanco", novela de Javier Marías

Después de 14 años, y tras el aluvión de recomendaciones recibidas, he vuelto a leer "Corazón tan blanco". De una novela como esta ya hay decenas de formidables reseñas de lectores más experimentados que yo como, por ejemplo, esta de Rosana Orué; o esta de Xavier Beltrán; o esta, reciente, de Carlos Andia; o esta de María García-Lliberós; o esta, completísima, de Pilar Taulés (como veis, algo se me han contagiado las frases largas de Javier Marías).

Reseña emocionada de "Rojo y negro", novela de Stendhal


Desde que terminé de leer "Rojo y negro", un pensamiento vuelve insistente: lo peor que tiene un libro es que cuanto mejor o más interesante es el final más fácilmente se olvidan otros aspectos del mismo que pudieran haber sido tanto o más interesantes que dicho final.

¿Qué fue del pasado?





  • "El niño lloró cuando su madre lo cogió en brazos."
  • "El niño lloraba cuando su madre lo cogió en brazos."
  • "El niño ha llorado cuando su madre lo cogió en brazos."
  • "El niño había llorado cuando su madre lo cogió en brazos."
  • "El niño hubo llorado cuando su madre lo cogió en brazos."
  • La sensibilidad de "Las chicas de campo", novela de Edna O'brien

    Con el mimo del que cuenta algo propio, la autora, Edna O'Brien, nos desvela el proceso por el que dos adolescentes rompen con el mundo rural católico e irlandés que las protege, pero, a la vez, las constriñe a una vidas reguladas y grises. Ambas quedan deslumbradas por las luces de la modernidad, a través de la gran ciudad, sin saber que tendrán que pagar un alto precio por abandonar su limitada pero segura vida en el campo.

    Acerca de "De la Tierra a la Luna", novela de Julio Verne

    Como todas las novelas que no me han satisfecho totalmente, tampoco puedo decir que no me haya gustado nada en absoluto. Reconozco demasiado bien la dificultad de armar una historia, y de volcarla en el papel, como para ser insensible al esfuerzo de todo autor.

    Análisis comparativo de cuatro librerías online

    Hace unos pocos años disfrutaba paseando entre los expositores de las librerías; comentaba, de vez en cuando, algún título con el librero de turno. Hoy, al menos en Madrid, quedan pocas librerías que merezcan este nombre. En su lugar proliferan grandes y anodinos espacios comerciales donde se apilan las últimas novedades, y no existe dependiente a quien dirigirse en caso de duda. Así, el acto de comprar un libro ha perdido gran parte de su encanto, al menos para mí.

    ¿De qué va "El sentido de un final", la novela de Julian Barnes?

    Dos días he tardado en leer este librito y seis los que ha estado dándome vueltas en la cabeza, por ese final que no me deja tranquilo y que arranca con el principio, con su título.

    Satisfecho de haber leído "El resplandor", novela de Stephen King

    Empecé a leer esta novela con algún reparo ya que había visto la película de Stanley Kubrick; hacía mucho tiempo, es verdad, pero algunas de sus escenas aún las tenía presentes. Sin embargo, la habilidad de Stephen King ha superado mis expectativas. Sobre todo en su maestría para dosificar la intriga, pero también en la calidad de los textos, aunque sin que llegue a decir que El resplandor sea una cumbre de la literatura universal.

    Emociones en "Antología personal", de José Agustín Goytisolo

    Hace algunos años y ante mi ineptitud para disfrutar de la poesía, un buen amigo me regaló un librito titulado Antología personal de José Agustín Goytisolo, acompañado de un CD en el que el mismo autor leía sus poemas.

    Análisis comparativo de los mejores correctores de estilo online

    Unos escribimos más WhatsApp que emails; otros, más informes laborales que trabajos de clase; algunos, más relatos que novelas.

    Habla el protagonista de "El extranjero", la novela de Albert Camus



    Me pregunta Javier, alguien que dice ser escritor, por el tema de esta novela, que narré hace más de setenta años y que escribió Albert Camus. Sí, soy Maursault, el protagonista del libro.


    Abandono "Los reinos de la casualidad", la primera novela de Carlos Marzal

    No recuerdo cuándo fue la última vez en la que, después de haber leído una buena parte de una novela, hubiera decidido abandonar su lectura. Lo reconozco, a "Ulises", de James Joyce, y a "El otoño del patriarca", de Gabriel García Márquez, también renuncié a leerlas, pero fue tras el contacto fugaz de unas pocas páginas, no después de leer 236, como he hecho en "Los reinos de la casualidad"; parecen muchas páginas, y lo son, ya que la novela tiene 784.


    Una ocasión desperdiciada


    Regresas a casa tras un áspero día de trabajo en el que has tenido que discutir con tus iguales, aceptar las ideas de tus superiores e intentar convencer a tu equipo.


    Una joya llamada "El señor de las moscas", la novela de William Golding

    Ralph, Piggy, Jack y Simon son los cuatro niños protagonistas de esta excelente novela que, como toda buena narración, es casi un libro de filosofía.

    Mi lectura de Obabakoak, un libro de cuentos de Bernardo Atxaga



    Fiándome de las recomendaciones de lectura que voy recopilando (y que gestiono como indicaba en este artículo de hace algún tiempo), inicié Obabakoak sin saber que era una recopilación de cuentos. Cuando lo supe, tras leer el primer relato, me fastidió, pero seguí.

    ¿La literatura de género es de menor calidad?

    Como a todos los que empiezan a creerse que saben algo del mundillo literario, a mí también me ha llegado el momento de preguntarme por la literatura de género. Debe ser una epidemia que hay que superar, y soy consciente de que puede crearme enemigos "literarios" o, por lo menos, alejarme de alguna parte de la audiencia que, con tanto esfuerzo, he reunido en las redes sociales.

    Adiós Evernote; bienvenido OneNote

    Algunos de vosotros ya sabréis de mi entusiasmo por Evernote, la aplicación multi-dispositivo que permite desde mantener una base de datos de recomendaciones hasta tomar notas en cualquier lugar sabiendo que las tendrás disponibles en tu ordenador de sobremesa, por ejemplo.

    Mientras leo "El resplandor", de Stephen King y "Obabakoak" de Bernardo Atxaga

    Avanzo en la lectura de El resplandor, la novela de Stephen King, que simultaneo junto con la de Obabakoak, el libro de cuentos de Bernardo Atxaga, con sensaciones divergentes.

    Un año "blogueando"

    Hace un año publiqué mi primer artículo en este blog. Desde entonces, he procurado escribir uno cada semana hasta llegar al presente, que hace el número 55. En algo más de las 39.000 palabras escritas, he intentado alternar reseñas de mis lecturas, pretendidamente poco convencionales, con textos relativos a la tecnología en su versión más amigable con la literatura.

    Leerás "1984", una novela de George Orwell

    Leerás 1984, esperando encontrar las ensoñaciones de un escritor, de alguien que partiendo de algún acontecimiento de su presente (1948), como fueron los totalitarismos de mediados del siglo XX, exageró hasta distorsionar algunos aspectos de aquel acontecimiento con la intención de convertirlo en una narración literariamente atractiva.

    7 beneficios que aporta leer libros

    Probablemente, este sea uno de esos artículos destinado a no ser leído por quienes serían sus destinatarios naturales: aquellos que no suelen leer libros; para los que leemos con más frecuencia que la media, nos puede resultar hasta demasiado obvia esta enumeración con siete de los muchos beneficios que aporta la lectura de novelas y cuentos, en contraste con la lectura rápida, fugaz y superficial de la información existente en internet en general y en las redes sociales en particular. Aun así, me arriesgo a ser reiterativo ya que opino que nunca viene mal que se nos recuerde a los que nos consideramos lectores habituales lo que ya sabemos: los cantos de sirena de la tecnología son cada vez más poderosos.

    Breve reseña de "Un mar de problemas", novela de Donna Leon



    Un mar de problemas es el décimo libro de la serie del comisario Brunetti y el primero que leo de Donna Leon. Me ha dejado una sensación agridulce (¿se puede decir algo así de un libro?). Lo empecé como novela negra, tras un comienzo impactante, pero a los pocos capítulos decae la intriga y evoluciona hacia lo que parece ser una novela costumbrista; se mantiene como tal hasta casi el capítulo veinte (de los 27 con los que cuenta) en el que vuelve a resurgir el interés por descubrir al autor de los asesinatos. Obviamente, a lo largo de los capítulos se mantiene el hilo argumental, pero la tensión dramática cae a niveles mínimos en esos capítulos intermedios.

    Duelo de lectores


        
    —Ya veo que estás leyendo en el Kindle, abuelo. ¿Qué tal?

         —No está mal, pero sigo prefiriendo leer en un libro de verdad, en papel.

         —¿Y no te gusta que puedas cambiar el tamaño de las letras para que no tengas que forzar la vista?

         —Ahí te doy la razón. El otro día aumenté el tamaño hasta que sólo cupo una palabra por página.

         —O sea, que también te gusta jugar.

    Mis prejuicios contra "Orgullo y prejuicio", la novela de Jane Austen

    Solo recuerdo una novela que haya leído en menos tiempo que Orgullo y prejuicio, y fue Un mundo feliz, de Aldous Huxley: me bastó una sola noche. Para la novela de Jane Austen he necesitado cuatro días; en su descargo hay que decir que tiene algo más de cuatrocientas páginas contra las menos de trescientas de Un mundo feliz. ¿Y cómo es que me ha interesado tanto su lectura cuando he pospuesto durante años, ahora sé que demasiados, conocer la obra de Jane Austen?, me pregunto; y me respondo: Por mi prejuicio contra la literatura romántica. Después de leer esta novela, reconozco que este prejuicio me acompaña aún ya que, al menos para mí, Orgullo y prejuicio no es una novela romántica; es una obra soportada en los laberintos emocionales de un grupo de personas que tienen que sobrevivir en un entorno adverso.

    ¿Eres de "WhatsApp" o de "email"?

    Después de superar las antiguas clasificaciones para agrupar a las personas (derechas/izquierdas, madridista/atletista, madrugador/trasnochador, y otras más denigrantes aún), he comprendido que hoy lo que importa es saber si se pertenece al grupo de los que prefieren el correo electrónico (en adelante, lo llamaré email, palabra más extendida que "correo electrónico" incluso en zonas hispanohablantes) o al grupo de los que idolatran WhatsApp. Por supuesto, hay un silencioso y anónimo tercer grupo formado por los que no utilizan ni una ni otra aplicación; conozco pocas personas de esta última categoría, aunque puede que sea la comunidad más numerosa si elevamos el cómputo a nivel planetario.

    ¿Es "Lolita", la obra de Vladimir Nabokov, una novela pornográfica?

    Lolita, la novela de Vladimir Nabokov, no me ha parecido una novela pornográfica, por mucho que las adaptaciones al cine y, sobre todo, los que no la han leído se hayan empeñado en situarla dentro de ese género literario. Las referencias al sexo son tan refinadas que, a veces, cuesta darse cuenta de ellas. Cierto que la relación entre un hombre de más de cuarenta años y una niña de doce es muy perturbadora: el protagonista, que no es Lolita, reconoce la situación y se autocalifica de violador reincidente. Por ello, mis comentarios a la historia e, incluso al tema, no van a ir más allá; aspectos que el propio autor parece despreciar.

    ¿Utilizas locuciones verbales y no lo sabes?

    Las locuciones verbales no tienen tan mala fama como los clichés literarios, de los que hablé unos meses atrás en este artículo, donde publiqué un procedimiento informático para detectar 180 clichés que se colaban en nuestros textos sin avisar. No obstante, como muy bien indica Gabriel Tojo en su artículo La abominable locución verbal del blog Cómo escribir con claridad, nos interesa atender a estas expresiones ya que "por lo general son verbos travestidos que debilitan la redacción porque quebrantan el principio de que la acción debe residir en el verbo".

    Ocurrencias tras releer "El arte de la prudencia. Oráculo manual", de Baltasar Gracián

    Hace veintidós años leí El arte de la prudencia. Oráculo manual, en una cuidada edición de José Ignacio Díez Fernández. Entonces anoté que "Gracián sabe cómo obtener el máximo provecho de los demás. De ahí que no hable de la inteligencia, ni de la bondad, ni de otros aspectos que tienen que ver más con la vida interior del ser humano. Él trata de identificar al prudente frente al necio; prudente que prefiere al sabio." Para ello, enumera 300 aforismos con las habilidades necesarias para tal prudencia.

    7 apps de móvil recomendables (y gratuitas) para lectores

    Sé que en estos tiempos es difícil mantenerse ajeno a la invasión de las nuevas tecnologías en forma de teléfonos inteligentes ("smartphones"), internet y redes sociales. Aun así, hay personas que se niegan a reconocer las bondades de aquellos "adelantos"; entre ellos, una gran mayoría de los lectores de novelas, o de literatura en general, que dejaron atrás su juventud hace ya unos cuantos años. Son las que, por ejemplo, consideran blasfemo leer una novela en una pantalla.

    Los personajes de "Madame Bovary"

    Todos, o casi todos, hemos leído Madame Bovary, la novela de Gustave Flaubert. En mi caso, releído; la última vez, con afán de descubrir las claves que convierten a esta obra en un artefacto capaz de someter mi voluntad para no parar de leer.

    El héroe de nuestro tiempo, novela de Mijaíl Lérmontov



    El héroe protagonista de esta novela, Gregori Alexandrovich "Pechorin", un joven de 25 años, los mismos que tenía el autor cuando escribió el libro, es una persona aburrida, desilusionada que vive en la Rusia de comienzos del siglo XIX. Para él, nada hay más allá de lo que conoce y para ilusionarse es necesario desconocer. En el ámbito amoroso, el protagonista está convencido de saber cómo hay que tratar a una mujer para que se enamore de él sin que él tenga que correr el riesgo de enamorarse de ella.
    En este libro se muestra la pasión como la fuerza irracional que permite al ser humano disfrutar o sufrir, es decir, sentir; como les sucede al bondadoso e inconsciente Maxim Maximich, a la impersonal Bela o a la delicada princesa Mary. En el fondo estos personajes viven y Pechorin sobrevive. Sin embargo, en algún momento, el autor nos parece insinuar que, a pesar de su frialdad o gracias a ella, Pechorin es el más humano de todos los personajes ya que no se deja llevar por sus instintos: los tiene controlados; control que distingue al ser humano del resto de animales. No sólo eso, sino que cuanto más control se autoejerza más se diferenciará y el hombre/mujer más hombres/mujeres serán. Por eso no es excesivo decir que Pechorin es el pesonaje más humano de la novela, a pesar de que en los apuntes de su diario se comentan pensamientos que casi podrían considerarse propios de un delincuente. El autor parece susurrarnos al oído que esos pensamientos están en potencia en todos los hombres, solo que unos no se dan cuenta de ellos y otros sí; de estos últimos, solo unos pocos se atreverán a ponerlos en práctica.

    En definitiva, es la contraposición de dos formas de existir lo que presenta la novela: vivir y sobrevivir. Situación que se daba en el siglo XIX pero también hoy, aunque solapada en una sociedad de consumo y de trabajo para consumir.

    La novela parece formada por un puzzle de historias contadas por Maxim Maximich o extraídas del diario de Pechorin, tras la narración introductoria del autor; puzzle que se sostiene con un resultado sobresaliente.

    Por último, en cuanto al estilo, vuelvo a caer en el mismo estado de envidia que me provocan los últimos libros leídos y que me hacen pensar que salvo que se cuente con una habilidad natural para ello, es casi imposible decir lo que se quiere decir de una forma tan precisa y, a la vez, tan sugerente como consigue hacerlo el autor de esta novela. Menos mal que esta envidia, al poco tiempo se transforma en admiración y al final en orgullo por pertenecer a la misma especie animal a la que perteneció Mijail Lermontov... a pesar de producir especímenes como Pechorin o sus encarnaciones reales.

    ¿Sabes qué libros tienes y dónde están?

    Cuando comprobé que tenía libros duplicados decidí inventariar mi biblioteca. Al comienzo, con unas pocas estanterías de libros, me bastó hacerlo en una hoja de cálculo de Excel. Cuando los volumenes llenaron una pared y amenazaban la adyacente, me pasé a una base de datos, dBase III. Convertí mi familiar hoja de cálculo en registros debidamente formateados. Como efecto colateral, aprendí a programar sin darme cuenta.

    "Otra vuelta de tuerca", de Henry James, ¿una novela de fantasmas?

    Si pudiera hacer una encuesta entre los que han leído "Otra vuelta de tuerca" para que respondieran a la pregunta "¿se trata de una novela de fantasmas?", estoy convencido de que obtendría tanto un cincuenta por ciento de síes como de de noes. Simétricamente, si la pregunta de la encuesta fuera "¿la institutriz tiene problemas mentales?", seguro que resultarían porcentajes semejantes.

    Las recomendaciones de lectura

    Leí un artículo antiguo de Juan José Millás en el diario El País sobre si existe o no consumo cultural y recordé programas de radio y televisión como La estación y azul y Página 2, que incluyen las necesarias secciones de libros recomendados. A continuación empecé a hacerme preguntas del estilo: ¿Las recomendaciones son honestas o están mediatizadas por intereses económicos? Y aunque fueran honestas ¿conviene que las sigamos? 

    Apología de "Volverás a Región", novela de Juan Benet

    De nuevo, Volverás a Región, la novela de Juan Benet, se convirtió en el centro de una conversación. Empezamos por el tópico de que es un libro difícil de leer. Y lo es. Sus frases de una página de largo, o más, no ayudan. Sobre todo al comienzo, da la sensación que uno lee sin entender bien y necesita seguir avanzando poco a poco para que la historia se vaya desenmarañando.

    Elogio de "Una comedia ligera", una novela de Eduardo Mendoza

    Este es un libro curioso. Desde el mismo título se nos hace creer que se trata de una novela para pasar el rato. La misma historia sigue una trama sencilla, muy clásica. Se lee fácil, sin dobleces. Pero en este páramo argumental Eduardo Mendoza coloca los dos elementos que, en mi opinión, reflejan la maestría de un gran escritor: la construcción de los personajes y la ambientación.

    ¿Hay palabras que repites demasiado en tus textos?-6-Conclusión

    Que hayan sido cinco los artículos de esta serie me ha hecho pensar que, muy posiblemente, se haya generado la sensación de que el procedimiento que he ido describiendo es largo y, por tanto, poco práctico. O, como mínimo, que resulta más rápido utilizar el buscador de Word o, mejor, la herramienta estadística de Scrivener. Sé que no es así y que el método que he descrito no es solo más exhaustivo sino también mucho más eficiente y rápido; intentaré corroborar esta afirmación en este último artículo de la serie con un pequeño ejemplo práctico (ya sabéis, me cuesta evitar mi vena científica)

    Reseña emocional de "Sin novedad en el frente", novela de Erich María Remarque

    Suelo empezar las novelas varias veces; ya lo dije en un artículo anterior. Pero en esta ocasión el número de reinicios ha superado ampliamente la media. ¿Diez, quince? No podía creerme la crudeza y la cercanía con la que se narraba el horror de la guerra y necesitaba iniciar una y otra vez la lectura, hasta que conseguí quitarme la gasa de incredulidad que me cubría.

    ¿Hay palabras que repites demasiado en tus textos?-5-Pasos finales en Excel

    Ya hemos completado el viaje, al menos el informático, y recogido los frutos de nuestro esfuerzo: contamos con un fichero en Excel con una lista con la posición de cada palabra de nuestro escrito; lista en la que se han resaltado los casos en los que dos palabras iguales están "demasiado" próximas entre sí, según nuestro criterio.

    Reseña de "Vicio propio", novela de Thomas Pynchon

    Empiezo por el final: "Vicio propio", de Thomas Pynchon, me ha parecido la novela más fresca desde que leí "El libro de Rachel", de Martin Amis. El estilo literario está impregnado todo él por el desenfado con el que se desenvuelven los personajes, en especial el protagonista; hasta el punto de que parece provocativo por lo cercano que presenta la droga y el sexo. Un detective/protagonista que, a pesar de estar casi siempre fumado, es una buena persona.

    ¿Hay palabras que repites demasiado en tus textos?-4-Pasos iniciales en Excel

    Ya sabemos qué buscamos con este procedimiento: conocer la densidad de repetición de cada palabra de nuestros textos (en el primer artículo); ya establecimos su alcance y limitaciones (en el segundo) y desarrollamos una macro de Word que generaba un listado con los datos (en el tercero). Lo siguiente será tratarlos para hacerlos “digeribles”, de forma que consigamos que nos informen de lo que buscamos. Este post tratará de explicar cómo lo haremos. Para conseguirlo contamos con la herramienta ideal: Microsoft Excel.


    Impresiones de "El pensionado de Neuwelke”, novela de José. C. Vales



    “En nuestro tiempo de realismos y descreimientos, apenas se atreve uno a declarar que el mundo es un lugar asombroso, lleno de misterios y maravillas incomprensibles; sin embargo y por fortuna, el mundo no es tan simple y tan vulgar como creen quienes son incapaces de asombrarse ante el agua, una manzana o una luciérnaga. Si los simplistas se permitieran un instante de reflexión, admirarían esos objetos con un asombro cercano al anonadamiento. Además, el mundo no sólo es maravilloso, enigmático y misterioso, sino que parece la mismísima imagen de una fertilidad desbocada, repleta y llena de miles y millones de objetos y seres, formando un caos que sólo la presunción y el envanecimiento pueden considerar sometido al imperio de la razón y la ciencia. Por fortuna más que por desgracia, nuestro universo es caótico, azaroso, incomprensible y sorprendente, y no admirarse ante el monumental desconcierto de la vida sólo revela una cierta incapacidad para gozar de ella.”

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