Avanzo en la lectura de El resplandor, la novela de Stephen King, que simultaneo junto con la de Obabakoak, el libro de cuentos de Bernardo Atxaga, con sensaciones divergentes.
Leerás 1984, esperando encontrar las ensoñaciones de un escritor, de alguien que partiendo de algún acontecimiento de su presente (1948), como fueron los totalitarismos de mediados del siglo XX, exageró hasta distorsionar algunos aspectos de aquel acontecimiento con la intención de convertirlo en una narración literariamente atractiva.
Probablemente, este sea uno de esos artículos destinado a no ser leído por quienes serían sus destinatarios naturales: aquellos que no suelen leer libros; para los que leemos con más frecuencia que la media, nos puede resultar hasta demasiado obvia esta enumeración con siete de los muchos beneficios que aporta la lectura de novelas y cuentos, en contraste con la lectura rápida, fugaz y superficial de la información existente en internet en general y en las redes sociales en particular. Aun así, me arriesgo a ser reiterativo ya que opino que nunca viene mal que se nos recuerde a los que nos consideramos lectores habituales lo que ya sabemos: los cantos de sirena de la tecnología son cada vez más poderosos.