Leí El mundo de ayer, la obra autobiográfica de Stefan Zweig, inmediatamente después de terminar El busto del emperador, el relato de Joseph Roth (aquí, mi artículo), como una especie de terapia de choque para intentar comprender algunos de los problemas que los humanos nos las damos que ni pintados para creárnoslos. Mientras que en la obra de Joseph Roth este pretende visibilizar dichos problemas mediante la ficción, Stefan Zweig utiliza la técnica de la autobiografía; en mi opinión, acierta, ya que, por lo que he leído de este autor, me parece mucho más convincente fuera de la ficción que dentro de ella.
"Iros" e "idos", esa no es la cuestión
Como debo ser el único, bloguero o no, que aún no ha opinado sobre la decisión de la Academia de "aprobar" la palabra iros, intentaré cubrir tal deficiencia con el presente artículo.
Reflexiones tras leer "El busto del Emperador", relato de Joseph Roth
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