Alguien muy cerebral, como podríamos serlo cualquiera de nosotros. Alguien que arrastra un cierto complejo de inferioridad, algo nada infrecuente. Sin embargo, según avanza la lectura nos vamos dando cuenta de que ese alguien, el protagonista, se desliza por el camino de la psicopatía al desear no solo la muerte de los enemigos, sino también de los que quiere. Hasta llega a creerse con un poder sobrenatural para conseguir sus fines. Sin embargo, el autor lo narra de una forma tan natural que es imposible sentirse ajeno a tales pensamientos.
«Una historia ridícula» que no es tal, de Luis Landero
Alguien muy cerebral, como podríamos serlo cualquiera de nosotros. Alguien que arrastra un cierto complejo de inferioridad, algo nada infrecuente. Sin embargo, según avanza la lectura nos vamos dando cuenta de que ese alguien, el protagonista, se desliza por el camino de la psicopatía al desear no solo la muerte de los enemigos, sino también de los que quiere. Hasta llega a creerse con un poder sobrenatural para conseguir sus fines. Sin embargo, el autor lo narra de una forma tan natural que es imposible sentirse ajeno a tales pensamientos.
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