Cómo elijo mi siguiente lectura

Foto de Ugur Akdemir en Unsplash
Mis familiares y amigos se sorprenden de que parezca que haya abandonado los números para ir tras las letras, mientras que algunos de mis actuales colegas escritores no entienden mi ascendiente 'matemático'. Es natural. Todos somos ambivalentes en algún sentido; yo al menos lo soy en mi pasión por la escritura y mi admiración por la ciencia.


Soy un convencido de la interacción de la literatura y la tecnología. No solo porque esta aporta nuevas alternativas para la lectura, tales como libros electrónicos, sino porque, en contra de la opinión general, la tecnología necesita de una creatividad semejante a la que abastece la literatura, desde el diseño de los dispositivos electrónicos hasta la programación del código que los hace funcionar. Sin embargo, los de 'letras' sienten desde aversión hasta desprecio por los informáticos, mientras que es habitual que estos últimos no suelan leer obras de ficción; si acaso, el último gran éxito.

Por ejemplo, una situación en la que aparece mi vena 'matemática' es en el momento de elegir mi siguiente lectura. Te preguntarás por qué. Sigue leyendo.

No dejo de recibir recomendaciones de lectura. Familiares, amigos y colegas insisten en aconsejarme que lea esta novela o aquel otro ensayo. Y aunque no lo hicieran, yo mismo aumento sin cesar el número de lecturas pendientes: suelo tomar nota de las recomendaciones que aparecen en blogs, libros o revistas, o hasta de las que se mencionan en programas de radio y de televisión.

Esta situación no sería problemática si, llegado el momento, supiera qué título tendría que ser mi siguiente lectura. Mejor no hablar de lo 'injusto' que me parece que las últimas recomendaciones se coloquen descaradamente en los primeros puestos, ya que las que llevaban algún tiempo entre las recomendaciones perdían gran parte del encanto que tuvieron cuando las apunté. Sin mencionar, el nada desdeñable nivel de ansiedad que me provocaba comprobar cómo crecía sin límite la lista de recomendaciones; lista que, hasta cierto punto, consideraba como 'deberes'.

Pues bien, ¿qué hago para ordenar las cientos, más bien miles, de recomendaciones que tengo anotadas, cómo las priorizo? Mediante un algoritmo que he introducido en una aplicación para el teléfono móvil (o celular) llamada Memento. Esta aplicación, o app en terminología friki, la utilizo como base de datos de títulos de libros para tres momentos diferentes:
  • 'Antes': a través de las recomendaciones,
  • 'durante': indicando el formato —ebook/libro físico/audiolibro—, así como la ubicación del libro físico en mi librería, y
  • 'después', con la valoración que hago tras la lectura.
En cuanto a las recomendaciones en sí, que anoto en la ficha del libro recomendado desde que recibo la primera, la formulación de dicho algoritmo es algo así:


(Número de recomendaciones recibidas multiplicado por 5) + (Diferencia entre el año de publicación y 2015 multiplicada por 5) + (Diferencia entre 200 y el número de paginas)

El resultado de la fórmula anterior es un número y el libro que tenga el número más elevado es el candidato a mi siguiente lectura. Por qué esta forma de cálculo y no otra. Porque pretendo cuantificar una intuición: lo que, para mí, son los criterios que me gusta seguir para tratar las recomendaciones de lectura que recibo, que son:
  • Número de recomendaciones: a más recomendaciones, mejor.
  • Antigüedad de la obra: cuanto más moderna, mejor.
  • Número de páginas: cuanto mayor número de páginas, peor.
Los coeficientes multiplicadores que aplico al número de recomendaciones y a la antigüedad tienen la misión de homogeneizar los conceptos, ya que mezclo años, con número de páginas y número de recomendaciones.

Por supuesto, todo este proceso es automático y, tras la definición inicial del algoritmo en la aplicación Memento, me limito a aumentar el contador de recomendaciones cada vez que recibo una. Memento calcula y me presenta los datos ordenados por orden de prioridad de lectura. Así, yo solo tengo que preocuparme de disfrutar del libro.

¿Te parece un procedimiento muy complejo? No lo es, aunque siempre estoy abierto a probar nuevas formas de hacer, por lo que me encantaría conocer otros sistemas de gestión de recomendaciones que estéis utilizando y que os funcionen (salvo elegir el último libro que os hayan recomendado, claro).

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