Me ha agotado mi segundo acercamiento a Byung-Chul Han,«La sociedad de la transparencia»

Me ha venido grande. Cuando leí el ensayo La sociedad del cansancio, también de Han, quise continuar profundizando en el pensamiento de este filósofo contemporáneo. Me equivoqué. La sociedad de la transparencia me ha resultado demasiado inextricable; como en estos ejemplos:

  • El tiempo se convierte en trasparente cuando se nivela como la sucesión de un presente disponible. También el futuro se positiva como presente optimado.
  • Las cosas se tornan transparentes cuando se despojan de su singularidad y se expresan completamente en la dimensión del precio.
  • El sistema social somete hoy todos sus procesos a una coacción de transparencia para hacerlos operacionales y acelerarlos.
  • En cambio, carece de espíritu quien se limita a zapear a través de lo positivo. El espíritu es lento porque se demora en lo negativo y lo trabaja para sí.
  • Sin la negatividad de la distinción se llega irremisiblemente a una excrecencia general y a una promiscuidad de las cosas.
  • La negatividad de la reconditez transforma la hermenéutica en una erótica.

Aun así, y aunque no he completado la lectura del ensayo, creo que he conseguido entrever la tesis que lo sustenta: el anhelo moderno por la transparencia a todos los niveles, si se lleva a sus últimos extremos, desembocaría en un retroceso global para la humanidad. El texto intenta demostrar por qué es así desde distintos puntos de vista: personal, familiar, político y económico. Dejo aquí algunos de los fragmentos que me han parecido más ilustrativos de dicho argumento:
  • Por tanto, un desgarro atraviesa el alma humana, que no permite al yo estar de acuerdo consigo mismo. Este desgarro fundamental hace imposible la propia transparencia. También entre personas se entreabre una grieta. Y es imposible establecer una transparencia interpersonal. Y esto tampoco es deseable. Precisamente la falta de transparencia del otro mantiene viva la relación.
  • [...] una relación transparente es una relación muerta, a la que le falta toda atracción, toda vitalidad. Solo lo muerto es totalmente transparente.
  • Está demostrado que más información no conduce de manera necesaria a mejores decisiones. La intuición, por ejemplo, va más allá de la información disponible y sigue su propia lógica.
  • Amor sin laguna de visión es pornografía. Y sin laguna de saber el pensamiento degenera para convertirse en cálculo.
  • El sistema de la transparencia suprime toda negatividad a fin de acelerarse. El hecho de demorarse en lo negativo abandona la carrera loca en lo positivo.
  • La transparencia no tiene ningún color. Los colores no se admiten allí como ideologías, sino solamente como opiniones exentas de ideología. Las opiniones carecen de consecuencias. No son tan radicales y penetrantes como las ideologías.
  • El veredicto general de la sociedad positiva se llama «me gusta».
  • Lo invisible no existe, porque no engendra ningún valor de exposición, ninguna atención.
  • La complejidad hace más lenta la comunicación. La hipercomunicación anestésica reduce la complejidad para acelerarse. Es esencialmente más rápida que la comunicación del sentido. Este es lento. Es un obstáculo para los círculos acelerados de la información y comunicación. Así, la transparencia va unida a un vacío de sentido.
  • Lo que profundiza el placer no es el disfrute en tiempo real, sino el imaginativo preludio y el epílogo.

2 comentarios:

  1. Entre reflexiones imbricadas y tipologías ontológicas es este ensayo lleno de signos y significados, acompañadas de metáforas redundantes que configuran y translucen desde las sombras personales a otras menos coloquiales, más colectivas y societales, deslumbra con esos pensamientos el aroma de estos tiempos simbólicos de trascendencia positiva y rendimiento.

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