Conviene que nos dirijamos hacia «La sociedad del cansancio» que propone Byung-Chul Han

Sentirse aludido es el mejor acicate para continuar leyendo y esto es lo que me ha pasado con este librito de 80 páginas. Salvo por mi nombre, me reconocía por todo lo demás, en especial por mi necesidad de sentirme activo en todo momento, algo que Han relaciona con la sociedad del rendimiento en la que nos encontramos los occidentales. En esta sociedad, cada persona es, a la vez, empleado y jefe; amparado en su conciencia de libertad, esta persona decide aprovechar su tiempo al máximo de forma que no haya tiempo para el ocio ni, menos, para el aburrimiento. Y este 'no parar' deviene en incapacidad para observar su propia vida con la calma necesaria para darse cuenta del rumbo que lleva. De ahí la proliferación de enfermos neuronales que sienten vacío existencial a la menor crisis.


Esta sociedad del rendimiento, según Han, es la evolución de la sociedad disciplinaria del siglo pasado, aquella en la que los empleados trabajaban porque lo necesitaban ya que los jefes/normas les obligaban a hacerlo si querían sobrevivir. En la nuestra, la sociedad del rendimiento, el deber se ha transformado en poder individual: trabajamos porque queremos, nos obligamos nosotros mismos. Y como solo depende de nosotros, no hay otra limitación que las horas del día o la necesidad biológica de descansar. La productividad autoimpuesta debe crecer constantemente si queremos sentirnos satisfechos con nosotros mismos. La realización personal se consigue desempeñando sin parar un trabajo que rinda para los demás. La contemplación o el aburrimiento son males que deben erradicarse. Contemplación o aburrimiento que, por otra parte, según Han, son la semilla de la imaginación y la creatividad, necesarias para el desarrollo de la humanidad.

La única salida estaría en el cansancio. La actividad sin descanso y con una mejora continua en la productividad termina por provocar cansancio en el individuo: el cuerpo exige descansar. Y ese descanso, que necesita una parada es lo que puede hacer que se reflexione y se actúe para revertir la situación ya que, de no hacerlo, se producirá el colapso y la desaparición del individuo como persona, convertido en un robot esclavo de su propia programación que le obliga a no parar. De ahí el título: la sociedad del cansancio, como futuro deseable, aunque ahora nos pueda parecer algo negativo.

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