¿Te atreves a pensar críticamente, como recomienda José Carlos Ruiz en «El arte de pensar»?

Durante mi pasado y errático periplo filosofal me topé con este libro. En aquel tiempo quise profundizar en la historia de la Filosofía, en especial en la de los estoicos; en uno de los descansos, en los que suelo cambiar de actividad, vi en Youtube  una conferencia de José Carlos Ruiz ( https://youtu.be/u2G5hSsC1UI ) titulada Filosofía para cuestionar el mundo que nos rodea, conferencia que seguí con creciente interés según transcurrían los minutos. Como me suele pasar, terminar el vídeo, buscar la biografía del conferenciante en wikipedia y comprar su último libro, este que comento, fue cosa de unos cuantos clics en el ordenador.


En El arte de pensar se desarrolla una idea central: el pensamiento crítico es un componente necesario para que el ser humano sea feliz. Para empezar, el autor distingue entre razonamiento y pensamiento; el primero excluye cualquier emoción y sentimiento, de ahí la distancia y hasta la frialdad necesaria en la ciencia, mientras que el segundo se complementa con los sentimientos. Este planteamiento no es original de José Carlos Ruiz ya que tanto Pascal como Espinoza, entre otros, hace cerca de 400 años, ya ponían de manifiesto la conexión entre las emociones y la razón. Aun así no es suficiente con pensar, conviene hacerlo críticamente; solo así rechazaremos el pensamiento único sobre cualquier tema, reconoceremos una alternativa mejor a algo que se venía haciendo siempre de la misma manera, dejaremos de demonizar al que no piensa como nosotros ya que dudaremos de nuestra propia verdad, o no estaremos tan expuestos a la necesidad del reconocimiento ajeno, verdadera epidemia en la actualidad, facilitada por la omnipresencia de las redes sociales.

Como es lógico, en el libro se acompaña la promoción del pensamiento crítico con otras recomendaciones. Entre ellas destaco la conveniencia de no ser un "maximizador" (persona que quiere acertar siempre con la elección perfecta para sacar el máximo partido a sus decisiones), sino mas bien ser un "satisfactor" (persona que ante una elección no se complica en absoluto; sabe qué es lo que quiere o lo que necesita y lo único que tiene que hacer es buscar algo que cubra sus necesidades). Si un "maximizador" desea comprar un televisor nuevo, por ejemplo, puede llegar a dedicar meses a elaborar complejos análisis comparativos de las prestaciones de todos los televisores que hay en el mercado, y aún así jamás encontrará uno que lo satisfaga del todo, será un eterno insatisfecho; sin embargo, un "satisfactor" sabe que necesita un televisor de equis pulgadas y comprará el primero que cumpla estas sencillas condiciones. Sobra decir que la sociedad actual es una fábrica de insatisfechos "maximizadores" gracias, entre otros motivos, a la sobreabundancia de información.

El Arte de pensar incluye muchas más e interesantes reflexiones, que no pretendo enumerar, y que concilian en buena medida el género literario de la Autoayuda con la Filosofía, al menos con la rama de esta que se interesa por mejorar la vida de las personas, la Ética. Aun así, no me resisto a terminar con la metáfora que me ha parecido muy acertada y cuya moraleja es de fácil deducción: Podemos elegir la felicidad del césped o la felicidad del árbol. Las personas que crecen como lo hace el césped son las que padecen más con los pequeños detalles de la vida diaria, las minucias de la cotidianidad, porque no saben separar ni valorar adecuadamente lo transcendente de lo superficial. Por contra, el árbol no entrará en crisis existencial porque llueva, haga viento, o alguien decida recostarse en su tronco o refugiarse bajo sus ramas. Solo una catástrofe impedirá que el árbol pueda seguir creciendo. Y tú, ¿te gustaría ser considerado como un bonito y delicado pero admirado "césped" o como un sobrio pero robusto "árbol"?

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