«Hábitos atómicos», de James Clear: ¿otro libro de autoayuda más?


Al acercarme a Hábitos atómicos, de James Clear, no pude evitar la pregunta: ¿otro manual de autoayuda más? La propuesta central del libro es clara y se repite como un mantra: «El éxito es el producto de nuestros hábitos cotidianos, no de transformaciones drásticas que se realizan una vez en la vida».

El mérito de Clear no está tanto en la originalidad de las ideas —muchas ya conocidas y bastante obvias—, sino en la manera en que las ordena. Todo el libro gira en torno a estas cuatro leyes para crear hábitos, siempre referidas a un buen hábito:

1. Hacerlo obvio.

2. Hacerlo atractivo.

3. Hacerlo sencillo.

4. Hacerlo satisfactorio.

De forma simétrica, explica cómo eliminar malos hábitos, invirtiendo cada una de esas leyes para cada uno de dichos malos hábitos:

1. Hacerlo invisible.

2. Hacerlo poco atractivo.

3. Hacerlo difícil.

4. Hacerlo insatisfactorio.

Esta organización da coherencia al texto, aunque la lectura puede resultar repetitiva: una idea central acompañada de anécdotas, ejemplos y diferentes formas de decir lo mismo.

Un detalle curioso es que, al pasar de un capítulo al siguiente, muchas veces olvidaba el anterior. Esto podría ser un indicio de la ligereza del contenido, consecuencia de la falta de profundidad en el tratamiento de los temas. Al final, los resúmenes que el autor coloca al cierre de cada capítulo condensan la verdadera utilidad del libro: leerlos basta para captar la filosofía general, desde luego, al menos para mí, mucho más interesantes que las historias o los ejemplos que reparte a lo largo del texto.

En definitiva, al menos para mí, Hábitos atómicos funciona bien como recordatorio organizado de principios básicos sobre la formación de hábitos, pero no aporta grandes revelaciones a quien ya haya leído otros ensayos de productividad o psicología práctica. Es accesible, claro y, sin duda, popular; pero quizás su mayor fortaleza es precisamente es tomar lo evidente y empaquetarlo con método para que se digiera mejor por el lector.

Como siempre, termino con algunos fragmentos que he anotado:

  • Los hábitos positivos pueden tener sentido a nivel racional, pero si entran en conflicto con tu identidad, vas a fracasar cuando intentes ponerlos en práctica.
  • Los hábitos son atajos mentales aprendidos gracias a la experiencia.
  • El proceso de construir un hábito puede dividirse en cuatro simples pasos: señal, anhelo, respuesta y recompensa.
  • Si entro a la cocina y veo un plato de galletas en la mesa, seguramente tomaré una docena y empezaré a comérmelas, incluso si no había pensado en ellas anteriormente y a pesar de que no tenga hambre.
  • Tus hábitos presentes no necesariamente son la mejor manera de resolver los problemas que tienes que enfrentar, solamente son métodos que has aprendido a usar.
  • En lugar de tratar de diseñar un hábito perfecto desde el principio, haz algo sencillo de manera consistente. Tienes que estandarizar antes de poder optimizar.
  • El secreto es mantener la actividad siempre por debajo del punto donde se convierte en una obligación.

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