El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati



Con El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati, inicio una de las secciones del blog: las reseñas de los libros que vaya leyendo. Me gustaría saber volcar en el papel qué he aprendido con su lectura, cómo me han hecho cambiar, como persona o como escritor, alejándome en lo posible de las reseñas al uso en las que se ofrece una sinopsis argumental o se hace un análisis pormenorizado de los personajes. Por eso, pretendo que los comentarios sean breves pero intensos.

Pues bien, El desierto de los tártaros es un ejemplo claro de novela que me ha impactado. Bajo la apariencia de una historia sencilla en la que aparenta no pasar nada se nos pone frente a frente la evidencia del efecto del paso del tiempo y lo que hacemos mientras tanto: mirar cómo trascurre o actuar. Una lección de vida que queda remachada con el inesperado final, para mí lo mejor del libro, lo que le da coherencia a todo lo que se ha vivido en la historia. 

Desde un punto de vista de técnica narrativa, me ha llamado la atención:


  • Un lenguaje casi desnudo de recursos estilísticos.
  • El acierto al utilizar las estaciones meteorológicas para evidenciar el paso del tiempo.
  • La habilidad para incorporar en una trama sencilla una multiplicidad de temas sin nombrarlos: la soledad, la muerte, la esperanza y hasta el amor.


Y termino. En estas reseñas renuncio a recomendar los libros que vaya comentando ni, menos aún, a otorgarles una puntuación. Para mí, una novela, un cuento o una poesía vienen a ser como un espejo. Cuando el lector se reconoce en él, la novela, el cuento o la poesía pasan a ser parte de sí mismo. Cada espejo/libro es diferente y hace que según qué lectores se vean reflejados o no. De ahí que un libro pueda gustar a unos pero no a otros y hasta pueda llegar a decir más de su lector que de su autor.

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