Reseña de "Vicio propio", novela de Thomas Pynchon

Empiezo por el final: "Vicio propio", de Thomas Pynchon, me ha parecido la novela más fresca desde que leí "El libro de Rachel", de Martin Amis. El estilo literario está impregnado todo él por el desenfado con el que se desenvuelven los personajes, en especial el protagonista; hasta el punto de que parece provocativo por lo cercano que presenta la droga y el sexo. Un detective/protagonista que, a pesar de estar casi siempre fumado, es una buena persona.


Consigue una ambientación perfecta dentro del submundo de drogas y de gente salida cerca de las playas de California. Dudo si se ajusta a la realidad o está desenfocada. Lo consigue introduciendo personajes sin freno; tantos que he tenido que anotarlos para no perderme. Esta selva de personajes genera en el lector una sensación de estar perdido que intuyo debió de ser intencionada, para acercarnos a una visión borrosa de la realidad, en especial de la drogadicción. Y esto engarza con lo que nunca dejo de buscar en las novelas que leo, el tema. Pues bien, el que me resulta más adecuado (siempre hay más de uno y es diferente para cada lector) es el de la dificultad de entender la realidad; situación que a muchos parece obligarles a drogarse para, al menos, aceptarla. Como subtemas entreveo la corrupción policial, el negocio de la droga y, por encima de ellos, el propio sistema económico.

La novela utiliza un narrador en tercera persona muy cercano al protagonista, el detective Doc Sportello, aunque me atrevería a decir que el narrador es el protagonista y que se narra a sí mismo como si fuera un extraño, ya que utiliza las mismas coletillas que aquel, como por ejemplo una palabra que repite con cierta frecuencia: “chachi”.

Formalmente es una novela negra pero escrita en un estilo tan diferente que parece que no lo es.

Algunas frases interesantes, de las muchas que hay. ¡Ojo que algunas no son aptas para "mentes con prejuicios"!:

- "—Yo acababa de entrar corriendo en el váter sin siquiera pararme a mirar antes, ya me había metido el dedo en la garganta, y allí estaba sentado Coy, con su digestión de gringo, a punto de echar una gigantesca cagada. Los dos lo sacamos casi al mismo tiempo, vómito y mierda por todas partes, yo con la cara en su regazo y, para acabar de liarlo todo, él tenía una erección."
- "Doc sólo había aprendido un par de cosas en su oficio, pero una era que la amabilidad sin una etiqueta de precio se da muy raras veces, y cuando se da suele ser demasiado preciosa para aceptarla por las buenas, y era demasiado fácil, al menos para Doc, abusar de ella, algo a lo que se sentía inclinado."
- "—dijo con una mirada que pretendía ser agradecida, pero que todos los espejos del local, cuando Doc comprobó su reflejo, devolvían como otra mirada fija y de ojos enrojecidos de fumeta."
- "Ella había depurado la técnica de apuntar con la cara en una dirección mientras miraba en otra, en este caso de soslayo a Doc, con los párpados medio cerrados y una sonrisa que sabía que tendría su efecto."
- "Conocía su paso de cuando tenía ganas de mear, y no era ése."
- "A Doc le sorprendió la intensidad de la punzada rectogenital que le recorrió."
- "—Lo único que sé es que de repente apareció un ejército de tipos trajeados por la casa de Mickey; sé identificar de un vistazo a los mormones y al FBI, si es que hay alguna diferencia, pero todavía no estoy seguro de qué eran aquéllos."
- "Después de inhalar humo de maría durante un rato, volvió a levantar la mirada hacia el reloj y, como era de esperar, ahora marcaba otra hora, aunque también podía deberse a que Doc se hubiera olvidado de dónde estaban las manecillas antes."
- "Siguió un largo silencio desde la cocina, interrumpido sólo por los sonidos de la preparación del café. Ella volvió y se detuvo un instante en el umbral, una cadera ladeada, una rodilla doblada, hermosa hasta desnuda."

Espero que estas pocas frases os hayan generado el deseo de leer a ese provocador genial que es Thomas Pychon.

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2 comentarios:

  1. Me encanta esta reseña y me encantan los pasajes que has escrito. No soy de este tipo de libro y soy de todos, es decir, intento leer de todo. Me ha fascinado. Tomo nota,pero aún tardaré puesto que cada vez que voy a España hago acopio: me gusta comprarlos en librerías y no por internet.
    Besos

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    1. No quiero ni imaginar lo que podría llegar a ser la tía Elisa con la gasolina de libros como este.
      Que lo disfrutes.
      Besos.

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