Voy a terminar por no leer más a Cortázar ya que, aunque sin entenderlo siempre, no dejo de llenar libretas con los fragmentos que anoto. Y eso que no he leído ni la cuarta parte de los noventa cuentos que escribió, si no he contado mal.
¿Por qué gustan las biografías y, sobre todo, las autobiografías?; ¿será que disfrutamos comparando nuestra vida con la de otro? Porque, no nos engañemos, nadie sabe de qué va esto: nos soltaron sin un mísero manual de instrucciones; hablo de la vida, claro, pero podría decirlo también de este oficio de escritor. Nadie sabe nada; aún así todos sentimos la necesidad de dirigirnos a los recién llegados, cuando bien sabemos que, si somos honestos, solo deberíamos decirles que no sabemos ni hemos aprendido nada. Y seguro que, Hemingway, al final, era consciente de lo anterior; pero volvamos a su libro.