Mi experiencia lectora utilizando las nuevas tecnologías

Hace ya tiempo descubrí que suelo tomar decisiones irracionales. Elijo comprar, no lo que mejor se ajusta a mis necesidades, sino aquello que tiene algún aspecto que me atrae; es como si por ejemplo, me quedo con aquella prenda de ropa que tiene un botoncillo especial a la altura de la cintura en lugar de la que mejor se ajusta a mi cuerpo. He hablado de ropa, pero podía haber mencionado a los libros; sí tanto a la obra en sí como al soporte físico de la misma. Y de este soporte es del que quisiera hablar en este artículo.

Todos hemos crecido leyendo sobre libros de papel; los había y los hay de tapa rígida o blanda, de papel áspero o suave, tamaño bolsillo o solo para estanterías. Da igual, reconocemos la sensación de sostener uno de ellos, de pasar las páginas, de colocar un marcador para no olvidarnos donde dejamos la lectura, hasta del olor que poseen, diferente los nuevos de los viejos; todas son sensaciones físicas y únicas, que no se encuentran en los soportes tecnológicos actuales. Sensaciones adicionales al de la lectura en sí de la obra. Por supuesto existen otras percepciones más, llamémoslas, utilitarias, como que un libro de papel no necesita que nos acordemos de él cada cierto tiempo para que le llenemos la batería o que lo podamos dejar caer descuidadamente sobre el escritorio sin peligro de que algún componente interno se deteriore. Eso sí, el papel tiene dos grandes enemigos, el agua y el fuego, que lo son también para cualquier otra presentación de una obra literaria; no obstante, ya estamos hablando de las fuerzas de la naturaleza y sabemos que ante ellas siempre estaremos siempre perdidos.

Pero estamos en el siglo veintiuno. Podemos rechazar las nuevas tecnologías, como los puristas que rechazaron la invención de la rueda en su momento o de la imprenta mucho más tarde; es posible permanecer ajenos a las novedades que surgen, claro que sí, incluso aunque reconozcamos que podamos perdamos oportunidades. No es mi caso.

Hay miles de tipos de dispositivos actuales aptos para la lectura de libros, pero cualquiera de ellos, independientemente de las marcas, debería pertenecer a uno de estos grupos

  1. De pantalla pasiva (tinta líquida): lectores de libros electrónicos o "ereaders".
  2. De pantalla activa (fundamentalmente LED), presentados en:
    • pantalla pequeña (de menos de 6 pulgadas): sobre todo teléfonos móviles o celulares
    • pantalla grande (de 6 pulgadas o más): ordenadores o computadoras y tabletas o "tablets"


Lectores de libros electrónicos o "ereaders"

Su función casi única es la de presentar para su lectura los libros o "ebooks" que estén guardados en su memoria. Saben hacer muy poco más y bien está que sea así. Estos súper-especializados aparatos utilizan una tecnología que simula la tinta sobre un papel y lo hacen con un consumo bajísimo de la batería, ya que sólo la consumen en el momento de pulsar el botón para pasar de página. El resto del tiempo, la imagen sigue presente en la pantalla "casi" sin necesitar corriente, por lo que puede transcurrir un mes sin que sea necesario recargar la batería.


  • Otras ventajas:
    • La lectura es muy parecida a la de una página de papel: no cansa la vista; cuanta más luz, mejor se lee, etc.
    • Gran portabilidad: el poco peso y un tamaño parecido al de un libro de papel lo convierten en fácilmente transportable.
    • Gran capacidad para albergar miles de libros en un único dispositivo.
    • Los más modernos incluyen conexión wifi, lo que les permite navegar por internet, aunque de forma muy rudimentaria.
    • Relativamente baratos.
  • Inconvenientes:
    • Deficiente lectura con poca luz. En situaciones de oscuridad se necesita alumbrado externo, que puede incluirlo el propio aparato.
    • Dificultad para compartir contenidos. ¿A qué me refiero? Mientras leo una obra, suelo anotarme las frases que más me gustan para volver sobre ellas. Para ello, copio el texto deseado y lo pego en un documento Word en la "nube" de forma que, en otro momento, puedo trabajar sobre dicho documento para añadir mis reflexiones o comentarios. Esto no puedo hacerlo en un "ereader".
    • Aparato, en especial la pantalla, muy sensible a las caídas.

Teléfonos móviles o celulares


Inventados en sus inicios sólo para hablar, fueron evolucionando para ofrecer cada vez más funciones, tales como reproductor de música, navegador gps, máquina fotográfica, grabador y reproductor de vídeo, reloj, agenda, juegos de todo tipo, navegación por internet, redes sociales y, finalmente, lector de libros. Dependiendo de la aplicación que se utilice (Play Books, Amazon Kindle, Fnac books, etc), se pueden leer libros con más o menos opciones.

  • Ventajas:
    • Comodidad para compartir contenidos.
    • Extremada portabilidad, gracias a su pequeño tamaño.
    • Facilidad para mantener una biblioteca con miles de títulos.
    • Buena lectura con poca o nula luz.
  • Inconvenientes:
    • La pequeña medida de la pantalla obliga a pasar las páginas demasiado frecuentemente para una lectura cómoda del libro.
    • La pantalla activa emite luz propia lo que produce fatiga visual, aunque, como no suelo leer más de una hora seguida en estos dispositivos no he llegado a sentirla.
    • La batería se desgasta con gran facilidad ya que la pantalla es el componente que más consume y es necesario mantenerla encendida mientras leemos.
    • Difícil lectura en entornos muy luminosos.
    • Otro dispositivo que hay que tratar con cuidado, por caídas, arena de la playa, etc.
    • Relativamente caros, en especial si se considera la función de lectura como la principal.


Ordenadores o computadoras y tabletas o "tablets"

Coloco en el mismo grupo a los ordenadores o computadoras y a las tabletas o "tablets" ya que, no solamente todos ellos comparten los mismos componentes internos (procesador, memoria RAM, puertos de entrada y salida, etc.) sino que presentan un aspecto semejante para el lector, tanto en tamaño de la pantalla como de tecnología utilizada (pantalla activa, como los teléfonos móviles). Se diferencian entre sí porque los ordenadores o computadoras no suelen ser táctiles mientras que lo son siempre las tabletas o "tablets"; aspecto que solo importa en el momento de leer un libro para pasar las páginas o para compartir contenido.


  • Ventajas:
    • Portabilidad en las tabletas o "tablets"; no tanto en los ordenadores o computadoras, sobre todo cuando son de sobremesa o escritorio.
    • Facilidad para compartir contenidos.
    • El generoso tamaño de la pantalla no obliga a pasar de página cada pocos segundos.
    • Capacidad para mantener una biblioteca con miles de títulos.
    • Buena lectura con poca luz

    • Inconvenientes:
      • Pantalla activa, con los efectos comentados para los teléfonos móviles o celulares, agravado por el aumento del tamaño de la pantalla.
      • El consumo de la batería por la pantalla activa y por la potencia de los componentes es aún mayor que en los teléfonos móviles o celulares.
      • La luz solar perjudica la lectura.
      • Son los aparatos más sensibles a las caídas.
      • Relativamente caros, por el mismo argumento que para los teléfonos móviles o celulares.
    Y después de esta lista de ventajas de inconvenientes, ¿qué formatos/dispositivos utilizo habitualmente para leer una novela si la tengo tanto en papel como en formato "ebook"?: Ambos, ya que leo en papel y utilizo el ebook para compartir los contenidos que me interesan, principalmente mediante una tableta o "tablet". Si no tengo la novela en papel, prefiero comprar un "ebook" que comprar un libro en papel, tanto porque es más barato como por las posibilidades de compartición que mencioné antes (de ahí el ejemplo del "botoncillo" en la prenda de ropa del comienzo).

    8 comentarios:

    1. Me siguen gustando los libros sobre soporte celulósico, por mucho que se lleven otros soportes.

      Gabriel Tojo

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    2. Para lectores "impacientes" o "glotones" como yo, que suelo leer dos o tres libros a la vez, nada como el ereader. Llevo montones de libros en una tarjeta SD y leo hasta sin luz, pues el mío (no voy a decir la marca) lleva luz integrada en la pantalla no retroiluminada, como los tablets, con lo que puedo leer varias horas sin que se me canse la vista y sin luz USB externa.
      Dicho esto, para nada olvido los libros en papel (sobre todo si son un regalo) y tampoco dejo de visitar las bibliotecas o bibliobuses. También soy ávido lector de cómics. En fin, excepto revistas "del corazón" leo lo que caiga en mis manos. Como dice mi esposa: ¡HASTA LOS PROSPECTOS DE LOS JARABES DE LA TOS ENCUENTRAS INTERESANTES!

      Un saludo,
      Jordi

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      1. Vaya, el mundo está lleno de "glotones" de las palabra: yo no leo los prospectos de los medicamentos pero sí me divierto leyendo los manuales de instrucciones de los cacharrillos que compro, escritos originariamente en chino, después al inglés y, por fin, de este al español.
        Gracias, Jordi, por leer y comentar.
        Un saludo.

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    3. Yo soy un enamorado del smartphone. Incluso antes de que existieran utilizaba su precusora (la PDA). Para mí es el tamaño ideal ya que me cabe en el bolsillo y lo llevo siempre conmigo.
      Y para no gastar bateria.... pantalla negra y letras blancas o mejor, gris clarito.

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      1. Sí, los móviles de hoy en día son un auténtico milagro; sirven para leer libros, desde luego, pero también para navegar por internet, no perderse, oír música, consultar diccionarios, hacer y guardar fotos, jugar y, por supuesto, hablar por teléfono (y más cosas que me olvido). Aun así, el tacto de las páginas de papel, al menos para mí, es insustituible, al menos por ahora. ¿Quien sabe si alguien inventa en el futuro un dispositivo que, además de todo lo anterior, cambia la textura de la pantalla para hacerla semejante al papel y que tenga micro-orificios que segreguen un olor como el de un libro viejo? ¿Imposible? Visto lo que ya hay, desde luego que no.

        Gracias por leer este artículo, meix, y por comentar.

        Un saludo.

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    4. Marian de Frontera Esdrújula, al aparato:

      Ya no sabríamos vivir sin los "cacharritos". Me interesa mucho este tema, Javier. No sé si todas estas ventajas se están traduciendo en avances significativos o, si a la par, nos generan inconvenientes y nos desajustan. Si leo un libro en papel me concentro más (incluso más que con el ebook), pero cuando leo en pantalla (ordenador, móvil) a cada momento me interrumpen las notificaciones y me disperso: de una red a otra, de un whatsapp a otro... Tengo que ponerme muy firme para que esto no sea así. ¿No te pasa igual?

      Gracias por tus artículos.

      Un abrazo.

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      1. Hola, Marian. Ya lo creo que me pasa. Para evitarlo, suelo apagar los datos del móvil y desconectar el ordenador de la wifi... aunque cuando pasa mucho tiempo sin oír ningún aviso, me preocupo y los reconecto.

        Yo creo que tenemos suerte de vivir en una época en la que no tenemos por qué renunciar a ninguno de los dos mundos, el del papel y el de las nuevas tecnologías, refiriéndome a la lectura. El del papel, por su practicidad y hasta romanticismo; en el segundo por las posibilidades para anotar, compartir, etc.

        Gracias por comentar, Marian.

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